Los cerros son de arcilla, es una obra de danza que rescata los motivos esenciales que atraviesan el documental Chircales (1972), dirigido por Marta Rodriguez y Jorge Silva.

 

A su vez, busca trasladar dichos temas a preguntas de suma vigencia en la actualidad, todo esto a través de una mirada femenina que prioriza la intimidad y el cuidado, en el intento por elaborar un puente que conecte nuestras vivencias como mujeres de este siglo, con las vivencias de las mujeres que nos anteceden.

 

La obra propende por una búsqueda de movimiento en donde los lenguajes tradicionales y populares hacen parte del espectro de lo contemporáneo, una pregunta latente por el cuerpo del trabajo y de la explotación, el cuerpo que crece y envejece en un tránsito que va, del cansancio y la suciedad, a la limpieza de la devoción y del hogar, en un contexto donde lo sutil y lo tierno que representan las madres y las infancias, están en constante tensión frente a la hostilidad del trabajo obrero.