La historia transcurre en un pequeño apartamento de dos ambientes, donde las plantas agonizan por el abandono, las paredes se cubren de moho y el suelo está invadido por ropa tirada, botellas vacías y colillas de cigarrillo. Una cocina improvisada con una estufa de gasolina apenas logra templar el aire húmedo del lugar. Allí vive la señora Rowland, quien despierta cada día cansada y malhumorada. Las discusiones con su esposo, Alfredo, se han vuelto parte de la rutina.
Violencia, infidelidad, abandono, manipulación y desamor envuelven su matrimonio, consumiéndolo en una soledad desgarradora. Ella intenta ocultar su sufrimiento bajo la presión de un trabajo explotador que, aunque indispensable para el sustento del hogar, amenaza con destruirla. Un drama que avanza hacia un desenlace trágico y paulatino, tan inevitable como indeseable.